El PBM aprovecha la energía lumínica de baja intensidad, desde el rojo visible hasta el infrarrojo cercano, estimulando la actividad celular para facilitar la curación natural, el alivio del dolor y la reducción de la inflamación. Además, promueve la renovación tisular acelerada, estimula el metabolismo celular, mejora el flujo linfático y mejora la microcirculación.